La Arqueología es la única fuente de información directa sobre la Prehistoria. En el registro arqueológico neolítico son abundantes los restos de fauna y cerámica o los útiles de hueso y piedra (molinos, percutores, dientes de hoz, punzones, agujas...), que se han conservado a pesar de tener miles de años de antigüedad.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que el registro arqueológico es parcial. Muchos elementos no llegan hasta nuestros días aunque en el Neolítico sí existieron. Es el caso de los instrumentos y estructuras de madera, que al tratarse de materia orgánica no se conserva casi nunca, excepto en determinadas condiciones de humedad, frío y poca oxigenación de la tierra.
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Fuente: J.A. Cabezas Vigara |
Así ocurrió en Altscherbitz, cerca de la cuidad alemana de Leipzig. Allí fue hallada por el arqueólogo Willy Tegel y su equipo de la Universidad de Friburgo en 2013, a más de 20 metros de profundidad durante durante unos trabajos de construcción una estructura de madera de roble con forma más o menos cuadrada utilizada para almacenar agua. Se trataba de la estructura de madera más antigua que se conoce en el mundo, de hace más de 7000 años.
Este descubrimiento demuestra que los primeros agricultores y agricultoras del Neolítico dominaban la artesanía de la madera. Su estudio detallado ha permitido saber que este pozo abasteció de agua a un gran asentamiento con unas cien casas. Pero la madera no sólo nos informa sobre el modo de vida, la tecnología o los métodos empleados para la adaptación al entorno, sino que también da pistas, a través del crecimiento anual de los árboles registrado en sus anillos, sobre el medio ambiente de la época, convirtiéndose en una fuente de datos para la reconstrucción del paisaje y clima de la Prehistoria.
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